La Diada

Mañana es la Diada y unos amigos me invitan a su casa en Tarragona. Dudo, pero finalmente decido ir. Tengo la sensación que nunca estoy en casa. Este invierno he estado un mes y medio en la India, luego quince días de Julio en Namibia y luego tres semanas de Agosto en las montañas de Vic en una casa de payés, precisamente con estos amigos de Tarragona. Llego a la plaza del pueblo y los espero en un bar. Llamo por teléfono al jardinero de la comunidad dónde vivo para pedirle que dé de comer al gato.

     -Tienes la puerta abierta, la has dejado tu abierta? - me pregunta - Te la han forzado! Te han entrado!

El corazón se me encoje. Tengo una mala sensación en todo el cuerpo.

     - Vaya! Qué bien! Ves a ver que me han robado…

No han cogido nada, ni el ordenador que tengo sobre la mesa en mi habitación. Al oír la moto del jardinero han huido espantados. Suerte. Ahora son las ocho y media de la noche quien vendrá a ponerme un cerrojo nuevo? Nadie. Llamo a mucha gente y al final viene el lampista a ponerme un candado. Gracias Dios mio! Qué hago? Me voy a casa a vigilarla por si el ladrón vuelve? O me quedo con mis amigos? Decido quedarme y relajarme, lo que tenga que ser será.

playa Waikiki en Tarragona

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